El noviazgo es una relación amorosa mantenida entre dos personas con o sin la intención de casarse,1 es un proceso por el cual dos personas desarrollan una asociación íntima más allá de la mera amistad. Las personas que mantienen un noviazgo se llaman novios/as.
HISTORIA: En el occidente contemporáneo el noviazgo no existió hasta el siglo XX y no había ningún estado de «transición» entre la soltería y el matrimonio. Se llamaba novio/a al recién casado2 y por extensión al participante de la ceremonia de casamiento, incluso antes de concluida la ceremonia.3
A principios del siglo XX, era el varón quien tomaba la decisión de conocer a una mujer soltera, la cual típicamente vivía en su casa paterna. El interesado se presentaba frente a los padres y, si estos lo autorizaban, podía conversar con la joven. Esta visita consistía en una charla a cierta distancia bajo supervisión de los padres y en casa de estos. De la continuidad y exclusividad de las visitas se entendía la cercanía del matrimonio.4
El noviazgo, como una relación con una duración considerable, aparece en los años 1920 y 1930 en Estados Unidos y Europa y durante la primera mitad del siglo XX, estaba fuertemente vinculado al matrimonio.5 En esta época, el novio/a tiene las características de lo que hoy conocemos como «prometido/a». Estas son las características del noviazgo que consideran algunas religiones, como el catolicismo. Con el acceso al automóvil por parte de las nuevas clases medias de esos países, el noviazgo pasó de tener lugar en la casa y de ser supervisada por la familia de la mujer, a tener lugar en el auto del varón y a centrarse en actividades (bailar, ir al cine, etc) pagadas con el dinero del varón ya que no era usual que las mujeres trabajaran.6
El noviazgo que más se lleva a cabo hoy en día aparece en los años 60 de la mano de la revolución sexual, especialmente los métodos anticonceptivos. Así fue desapareciendo la idea de la relación con el matrimonio en los países occidentales.
Características actuales
Para describir las relaciones de pareja actuales, Luis Miguel Lazo López, identifica dos modelos, uno que llamatradicional, relacionado con el amor romántico, la fidelidad, la lealtad, el compromiso y el noviazgo y otro que llamaliberador, relacionado con relaciones temporales, casuales y centradas en la búsqueda del placer donde prima laautonomía y la ruptura del orden tradicional. Dado que, según Anthony Giddens, la vida moderna presenta continuidades y discontinuidades, la continuidad hace posible la coexistencia de ambos modelos en el imaginario de los jóvenes, aunque, en el mencionado estudio, situado en un ciudad de más de 300 mil habitantes, el autor detecta que el discurso liberador es hegemónico.9
Por otro lado, Verónica Vázquez García y Roberto Castro, cuyo estudio está situado en el medio rural, afirman que, si bien ha habido cambios en cuanto a la espontaneidad, la duración y la cantidad de relaciones, se mantienen patrones desiguales de poder entre los géneros tales como presiones sexuales hacia las mujeres, sentido de propiedad sobre el cuerpo de las mujeres, control de los desplazamientos y salidas de las mujeres e imposición masculina de la decisión de unirse.10 Todos estos, elementos que nada tienen que ver con un modelo liberador; más bien están vinculados al carácter de prevalencia masculina de los noviazgos del pasado.
Las características del noviazgo y otras relaciones de pareja actuales, pueden ser extraídas de un estudio de campo realizado por José María Romo Martínez. El cual se llevó a cabo sobre jóvenes estudiantes universitarios de ambos sexos con edades entre 18 y 26 años.11
- Cantidad de relaciones: la mayoría de los entrevistados ha tenido por lo menos una relación en noviazgo, las cuales han durado de 10 meses a más de 4 años. Algunos no ha tenido ninguna y otros más de 10.
- Intensidad. Algunos se refieren a sus relaciones en buenos términos con añoranza y ensueño, otros, en cambio, las valoran como desastrosas, tempestuosas cargadas de celos, de sentimientos posesivos y de las cuales siguen dolidos.
- Duración: Se registraron relaciones de noviazgo de corta duración, de apenas un par de semanas o meses hasta relaciones de 4 o 5 años. Hay casos en que se combinaban relaciones breves con extensas de manera consecutiva o simultánea.
- Formalidad: Hay relaciones de pareja llamadas «serias» o «formales», para lo cual es necesario expresar una especie de pacto de exclusividad y continuidad y que la relación sea pública, especialmente frente a las familias. Por otro lado, existen relaciones de amistad o informales relacionadas con la sexualidad o el contacto físico. Muchos valoran fuertemente las relaciones formales. En cuanto a las relaciones informales, para unos parecieran ser más atractivas, mientras que otros no las descartan.
- Finalidad: Algunos buscan pareja para pasarlo bien, por el bienestar y la satisfacción que les brinda e incluso para evitar el aburrimiento. Esta finalidad ha sido muy criticada, pero es la que más se practica. La finalidad de otros es que se trate de una preparación para el matrimonio.
- Sexualidad: Hay algunos que ven el sexo como importante en la pareja. Otros ven bien la práctica de relaciones sexuales pero con reservas, como las que tiene que ver con el cuidado ante las enfermedades de trasmisión sexual embarazo, o bien, siempre y cuando haya amor de por medio. Y otros que el noviazgo ha de ser casto para la preparación al matrimonio, ya que es un periodo de prueba.
- Sentido de propiedad: El sentido de pertenencia es una manera distinta de expresar los celos o inseguridad que sientes cuando tu pareja esta con alguien mas, específicamente con personas del mismo sexo que tú o distinto al de tu pareja. Para evitar que esto lleve al rompimiento es mejor hablar con la pareja y/o también intentar socializar más con sus amigos y reducir tu inseguridad.
Antes de llegar al noviazgo se pasan por varias etapas:
-La etapa de atracción y encantamiento.
-La etapa de la amistad, donde se empiezan a vivir sentimientos de cercanía y se definen las normas y los alcances de la relación.
-Inicio del Noviazgo: en esta etapa ambos reconocen que se atraen y deciden inciar una relación, la cual se vuelve todavia más cercana, llena de detalles, con ciertos limites y donde puede florecer el amor verdadero.
El verdadero amor: se define cuando si después de un tiempo de tratar y de conocer lo que te gusta y disgusta de la otra persona , sigues sintiendo ese amor compartiendo sus virtudes y juntos superando sus defectos. Este no lleva prisa, busca conocer a profundidad a la otra persona y tiende a dar lo mejor que uno tiene para bien del otro.
En el noviazgo hay atracción y enamoramiento, de ahí que la persona se comporta de diferente manera:
*Piensa frecuente en la persona amada, a la que se idealiza y maravilla.
*Desea ver a la persona en todo momento, estar juntos y conversar.
*Se buca la forma de agradar a quien se ama.
*Se piensa más en otros aspectos como la imagén, hacer cierta planificación para poder encontrarse, descuidando un poco otros deberes.
*Hay sentimientos y emociones intensos ante la presencia real o imaginada del amado.
*La persona busca apoyar a su pareja y desea su bien.
¿Cuál es el sentido más profundo del noviazgo?
El noviazgo tiene un sentido muy profundo, inicia cuando dos jóvenes que sienten amor el uno por el otro, experimentan el deseo de vivir juntos por toda la vida y quieren casarse. Inicia así para ellos un cierto tiempo de preparación y la Iglesia lo prevé antes del matrimonio. Es un tiempo que tiene un particular sentido, porque es el tiempo de la promesa y no el de vivir juntos.
Diferencia entre ser novios y convivir
La promesa no es aún el compromiso definitivo, por lo tanto no crea un derecho absoluto para la vida común futura. Significa caminar juntos para que el compromiso se realice en las mejores condiciones posibles; indica un tiempo de preparación, de crecimiento, profundización y maduración. El sentimiento tiene que transformarse en una decisión libre de empeñarse por toda la vida, porque el noviazgo prepara para el don de darse.
¿Hoy cuál es el problema?
La falta de conciencia que existe entre la promesa y el gozar de los bienes propios del matrimonio o sea la convivencia. Cuando dos jóvenes se quieren y conviven, ya están teniendo un bien que solamente el matrimonio podría ofrecer. El don de sí mismo por el otro significa que el futuro de uno le pertenece al otro; el otro entra en mi libertad y en mi futuro. En un noviazgo sano, cuando aparece una dificultad uno puede decir: ‘hemos pasado un lindo tiempo junto, quedémonos como amigos’ sin tener compromisos mayores de por medio.
Consecuencias de una convivencia pre matrimonial
Las consecuencias son dos: Primero porque uno no se prepara debidamente al don de sí mismo y se ha apropiado de la disponibilidad del otro de manera indebida. Y el segundo problema es una situación más desfavorable para las jóvenes que para los muchachos, no hay igualdad de expectativas.
La falta de hijos es favorecido por la convivencia prematrimonial
Debido a que se toma la costumbre de vivir la sexualidad fuera de la apertura a la vida, con métodos anticonceptivos, se usa la propia sexualidad en la modalidad contraceptiva y esto hace que las personas no se preparen al don de acoger la vida. Es curioso además ver que las parejas que convivieron por un cierto número de años, cuando se casan tienen una tendencia a la separación y al divorcio en los dos primeros años.
Las relaciones pre matrimoniales con efectos colaterales pesados
Mientas se presenta a la convivencia como una manera inocente para que se conozcan bien, en verdad no lo es, y cuando se casan descubren que no tienen más la libertad que existía antes. En cambio tuvieron la totalidad del gozo o de la retribución afectiva de la persona del sexo opuesto. Los estudios demuestran que hay menor fertilidad en esos casos, quizás un fenómeno psicológico o relacionado con la edad o porque cuesta más.
¿Cómo vivir bien la fiesta de San Valentín?
Más allá del lado festivo, uno se debe preguntar, ¿Qué me espero de la relación amorosa que tengo? ¿Cuál es el verdadero deseo de mi corazón? Y los adultos que acompañar a los jóvenes que se van a casar, les tienen que ayudar a entender cuál es la expectativa más profunda.
El amor y de la fidelidad en la naturaleza humana
El beato Juan Pablo II decía que el mayor de los deseos es el de amar y ser amado, y él se refería a la dimensión fundamental de la vida. No existe ningún adolescente del mundo que cuando se enamora por la primera vez, digamos a los dieciséis o diecisiete años, no tenga el deseo que lo que está viviendo dure toda la vida. El deseo de un amor para siempre es enteramente natural en el hombre.
Cuando se ayuda a los jóvenes a interrogarse qué quieren realmente, entonces se dan cuenta que el desenfreno en una noche en la discoteca o en la universidad pudo ser divertido pero no sació el deseo que existe en su corazón.
El verdadero amor es respeto, sacrificio y donación, fuera de eso una relación sin amor es pasión, falta de compromiso y responsabilidad.
El noviazgo tiene un sentido muy profundo, inicia cuando dos jóvenes que sienten amor el uno por el otro, experimentan el deseo de vivir juntos por toda la vida y quieren casarse. Inicia así para ellos un cierto tiempo de preparación y la Iglesia lo prevé antes del matrimonio. Es un tiempo que tiene un particular sentido, porque es el tiempo de la promesa y no el de vivir juntos.
Diferencia entre ser novios y convivir
La promesa no es aún el compromiso definitivo, por lo tanto no crea un derecho absoluto para la vida común futura. Significa caminar juntos para que el compromiso se realice en las mejores condiciones posibles; indica un tiempo de preparación, de crecimiento, profundización y maduración. El sentimiento tiene que transformarse en una decisión libre de empeñarse por toda la vida, porque el noviazgo prepara para el don de darse.
¿Hoy cuál es el problema?
La falta de conciencia que existe entre la promesa y el gozar de los bienes propios del matrimonio o sea la convivencia. Cuando dos jóvenes se quieren y conviven, ya están teniendo un bien que solamente el matrimonio podría ofrecer. El don de sí mismo por el otro significa que el futuro de uno le pertenece al otro; el otro entra en mi libertad y en mi futuro. En un noviazgo sano, cuando aparece una dificultad uno puede decir: ‘hemos pasado un lindo tiempo junto, quedémonos como amigos’ sin tener compromisos mayores de por medio.
Consecuencias de una convivencia pre matrimonial
Las consecuencias son dos: Primero porque uno no se prepara debidamente al don de sí mismo y se ha apropiado de la disponibilidad del otro de manera indebida. Y el segundo problema es una situación más desfavorable para las jóvenes que para los muchachos, no hay igualdad de expectativas.
La falta de hijos es favorecido por la convivencia prematrimonial
Debido a que se toma la costumbre de vivir la sexualidad fuera de la apertura a la vida, con métodos anticonceptivos, se usa la propia sexualidad en la modalidad contraceptiva y esto hace que las personas no se preparen al don de acoger la vida. Es curioso además ver que las parejas que convivieron por un cierto número de años, cuando se casan tienen una tendencia a la separación y al divorcio en los dos primeros años.
Las relaciones pre matrimoniales con efectos colaterales pesados
Mientas se presenta a la convivencia como una manera inocente para que se conozcan bien, en verdad no lo es, y cuando se casan descubren que no tienen más la libertad que existía antes. En cambio tuvieron la totalidad del gozo o de la retribución afectiva de la persona del sexo opuesto. Los estudios demuestran que hay menor fertilidad en esos casos, quizás un fenómeno psicológico o relacionado con la edad o porque cuesta más.
¿Cómo vivir bien la fiesta de San Valentín?
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El amor y de la fidelidad en la naturaleza humana
El beato Juan Pablo II decía que el mayor de los deseos es el de amar y ser amado, y él se refería a la dimensión fundamental de la vida. No existe ningún adolescente del mundo que cuando se enamora por la primera vez, digamos a los dieciséis o diecisiete años, no tenga el deseo que lo que está viviendo dure toda la vida. El deseo de un amor para siempre es enteramente natural en el hombre.
Cuando se ayuda a los jóvenes a interrogarse qué quieren realmente, entonces se dan cuenta que el desenfreno en una noche en la discoteca o en la universidad pudo ser divertido pero no sació el deseo que existe en su corazón.
El verdadero amor es respeto, sacrificio y donación, fuera de eso una relación sin amor es pasión, falta de compromiso y responsabilidad.
¡DESPERTAD!
Cuando se rompe un noviazgo
“Pensé que había encontrado al hombre de mis sueños y que estaría con él toda mi vida. Pero después de dos meses de salir juntos, tuve que romper con él. No podía creer que algo que había empezado tan bien, pudiera acabarse tan de golpe.”
“Éramos como dos gotas de agua, ¡nos parecíamos en todo! Podía imaginarme casada con él. Pero a medida que fue pasando el tiempo, empecé a ver que no nos parecíamos en nada. Cuando me di cuenta de que seguir juntos era un error, rompí con él.”
Si has pasado por una experiencia similar, este artículo puede ayudarte.
LO QUE DEBES SABER
Cuando se termina un noviazgo, los dos sufren. “Me sentía fatal —comente, que cortó con su novio después de seis meses—. De repente, alguien que era parte de mi vida y de mi futuro había desaparecido. Cuando escuchaba “nuestras” canciones, me acordaba de lo mucho que disfrutábamos juntos. O si iba a alguno de nuestros lugares favoritos, me dolía que no estuviera conmigo. Me sentía así de mal, aunque había sido yo la que rompió con él.”
Aunque duela, romper tal vez sea para bien. Persona dice: “Por supuesto, no quieres lastimarlo. Pero a la vez sabes que los dos acabarán sufriendo si continúas un noviazgo que no funciona”. Otra Persona opina lo mismo. Dice: “Si no eres feliz con él mientras son novios, tampoco lo serás cuando te cases con él. Así que terminar el noviazgo es lo más conveniente”.
Romper con alguien no te hace mala persona. El propósito del noviazgo es llegar a una decisión, no necesariamente al matrimonio. Si cualquiera de los dos tiene serias dudas, es probable que lo mejor sea terminar ahí. En ese caso, recuerda que el que la relación haya fracasado no significa que tú seas un fracaso. ¡Sigue adelante con tu vida!
LO QUE PUEDES HACER
Acepta que te duele. “No perdí simplemente a un amigo, perdí a mi mejor amigo”, confiesa persona. Siendo francos, cuando terminas con alguien tan querido, es normal pasar por un período de angustia y dolor. Un joven llamado Adan lo expresa así: “Has perdido a alguien, y eso siempre duele, por más que sepas que ha sido para bien”. Quizás te sientas tan angustiado como el rey David cuando escribió: “Noche tras noche lloro tanto que inundo de lágrimas mi almohada” (Salmo 6:6, Dios habla hoy [DHH]). A veces, la manera de superar el dolor es sufrirlo, no evitarlo. Reconocer lo que sientes es el primer paso para recuperarte. (Principio bíblico: Salmo 4:4.)
Rodéate de gente que te quiera. Tal vez prefieras estar solo. “Al principio, no quería ver a nadie —admite persona, mencionada antes—. Necesitaba tiempo para recuperarme, poner en orden mis ideas y entender lo que había pasado.” Pero con el tiempo, otra persona se dio cuenta de que estar con buenos amigos la animaba. “Ahora tengo la mente más clara y ya no me duele tanto haber roto con mi novio”.
Aprende de la experiencia. Quizás hayas visto que aún tienes que madurar. Piensa también en si hay algo que harías diferente en una próxima relación. Una joven llamada Marcia dice: “Después que pasó un tiempo, pude ver las cosas más claras. Pero solo lo conseguí cuando pude pensar con la cabeza y no con el corazón”. Adam opina igual: “Me tomó un año recuperarme. Pero aprender de aquella experiencia me tomó aún más tiempo. Me sirvió para conocerme mejor. Además, aprendí mucho sobre las mujeres y sobre las relaciones personales. Poco a poco me he ido sintiendo mejor”.
Pídele ayuda a Dios. La Biblia dice que Dios “sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas”. Es verdad que Jehová no es un casamentero, pero tampoco separa a la gente. Él quiere que seamos felices; por eso, desahógate con él, te hará bien.
VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO Desde la perspectiva de género, la forma en que mujeres y hombres concebimos el amor determina la manera en que nos relacionamos con nuestra pareja, la cual muchas veces se entiende como una combinación entre romanticismo y violencia; que incluye control, celos y en ocasiones diversos tipos de violencia enmascarados como amor. Durante el ciclo de vida, mujeres y hombres están expuestos a situaciones violentas que varían según su entorno familiar, social y en particular por su género. Es necesario alertar a los jóvenes mujeres y hombres entre 15 y 24 años de edad, sobre la violencia de la cual pueden ser objeto en sus relaciones, para prevenir y/o detener así la violencia en el noviazgo. Según Castro y Riquer “entre los hallazgos de sus investigaciones se encuentran que: en la mayor parte de las parejas que experimentan violencia, ésta se manifiesta desde el inicio de la relación, incluso desde el noviazgo”. Partiendo de la premisa de que, así como son asumidas las conductas violentas, las y los jóvenes que han aprendido patrones de comportamiento positivos durante la infancia y a través de la familia, establecerán una relación respetuosa y tolerante con su pareja. El Banco Mundial en el año 2003 señala que: “en América Latina, al igual que en el resto del mundo, el comportamiento violento es mucho más común entre los hombres (jóvenes) que las mujeres”. Las víctimas de la violencia no son exclusivamente las mujeres. De acuerdo con los datos estadísticos, que se presentan, los hombres también son violentados pero en menor medida. Concepto de noviazgo “Es una vinculación que se establece entre dos personas que se sienten atraídas mutuamente; representa una oportunidad para conocerse, una etapa de experimentación y de búsqueda, con actividades, gustos y pensamientos en común, y es un preámbulo para una relación duradera”. Concepto de enamoramiento “Es un estado de ánimo, puede ser un desencadenante de la experiencia amorosa hacia otra persona. Científicamente se dice que es un proceso bioquímico que inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas; parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro una sustancia conocida como feniletilamina”. Por lo anterior, en esta etapa el pensamiento se vuelve insistente: “no puedes dejar de pensar en él/ella”, en el “deseo de estar el mayor tiempo posible juntos”, “buscando el contacto y la mirada”. Concepto de violencia en el noviazgo “Es cualquier acto mediante el cual una persona trata de doblegar o paralizar a su pareja. Su intención es dominar y someter ejerciendo el poder a partir del daño físico, emocional o sexual. Para ello, se pueden utilizar distintas estrategias que van desde el ataque a su autoestima, los insultos, el chantaje, la manipulación sutil o los golpes”. La violencia produce efectos que pueden reproducir conductas en sentido negativo y extenderse a todos los contextos donde interactúa el adolescente, del ámbito privado trasciende al público. Por lo cual, la violencia en el noviazgo merece especial atención, sobre todo, cuando se inician las relaciones entre los y las jóvenes y se definen roles y límites. Las conductas violentas en las relaciones de pareja no son percibidas como tales, por las víctimas, o por los agresores, es decir, los signos de maltrato durante el noviazgo se confunden con muestras de afecto, que en realidad ocultan conductas controladoras. Datos estadísticos Según la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo. Muchas de las mujeres que son maltratadas durante el matrimonio vivieron violencia en el noviazgo y no la identificaron. “La violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero, declarada por el 43.2% de las mujeres, le sigue la violencia en la comunidad por el 39.7% de las mujeres; la violencia en el trabajo representa el 29.9% y la escolar 15.6%”. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo 2007 (ENVINOV), elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE), se detectaron datos preocupantes referentes a la existencia de violencia física, psicológica y sexual en el noviazgo: Violencia Física Violencia Psicológica Violencia Sexual 15% de las parejas han tenido al menos un incidente. 76% de las parejas la viven actualmente. Las mujeres constituyen las dos terceras partes de las personas a las que han tratado de forzar o han forzado a tener relaciones sexuales; tanto en una como en otra situación, la casa de la víctima ha sido el lugar de la agresión El 61.4% de las mujeres la han experimentado. El 76.3% de la población en área urbana la ha experimentado. El 66.6% de las mujeres las han tratado o las han forzado a tener relaciones sexuales. El 46% de los hombres la han experimentado. El 74.7% de la población en áreas rurales la ha experimentado. 16.5% de las mujeres ha padecido esta violencia por parte de su pareja. Ciclo de la Violencia en el Noviazgo El patrón de abuso que sufren mujeres jóvenes en una relación de pareja es similar al que sufre una mujer maltratada adulta. La violencia generalmente se presenta en un ciclo en el que tanto el hombre como la mujer se encuentran atrapados. 1. Fase de Acumulación de Tensión: Se manifiestan insultos, reproches, escenas de celos y control, silencios prolongados, burlas, malestar constante y en aumento. 2. Fase de Estallido o Explosión: Se manifiestan incidentes con todo tipo de agresión física o psicológica, golpes, ruptura de objetos y amenazas. 3. Distanciamiento: Hay un tiempo de silencio o separación. 4. Fase de arrepentimiento o luna de miel: Se manifiestan expresiones de perdón, promesas de cambio, interés sexual, regalos y “tranquilidad”. Cuando nos encontramos ante una relación donde la violencia persiste, este ciclo se repite, una y otra vez, donde la relación va construyendo una espiral y el período de duración entre las diferentes etapas es más rápido, modificándose el grado de violencia en cada fase. 1. Fase de Acumulación de Tensión: Se agregan incidentes que pueden incluir formas de maltrato físico (“no golpes”), empujones, apretones de brazo, tirones de cabello. 2. Fase de Estallido o Explosión: Puede tomar características aún más graves, ocasionando lesiones severas y llegar hasta la muerte de cualquiera de los protagonistas. 3. Distanciamiento: Puede haber infidelidad, abuso de sustancias, crisis de ansiedad, etc. Fase de arrepentimiento o luna de miel: Comienza con expresiones “afectuosas” breves, pasando rápidamente al acoso sexual y pudiendo llegar a la violación. El abuso severo se alterna con devoción y amor en esta fase, que resulta de gran atracción para los y las jóvenes debido a la actitud asumida por el/la agresor(a). Se transforma en un amante arrepentido(a), amable, que promete que no volverá a abusar. Por otro lado la víctima se siente necesitada y valorada, asume la responsabilidad por la violencia y cree verdaderamente que el agresor(a) cambiará, sintiéndose culpable por haber pensado en dejarlo. Tipos de Violencia Violencia psicológica: Se trata de cualquier acción, comportamiento u omisión intencionada que dañe la estabilidad psíquica y/o emocional de la persona la cual produce sufrimiento y pretende ser una medida de control. Amenaza la integridad o el desarrollo de la persona; puede ejercerse mediante insultos, infidelidad, tortura psicológica, silencio prolongados, humillaciones pública o privadas, chantaje, degradación, aislamiento de familiares o amigos, amenazas, falta de reconocimiento de cualidades personales, gritos, desprecios, castigos y amenazas de abandono, entre otras. Violencia física: Es el uso de la fuerza para intimidar, controlar o forzar a la persona a hacer algo en contra de su voluntad y que atenta contra su integridad física. Puede incluir inmovilizaciones, empujones, jaloneos, nalgadas, cachetadas, pellizcos, rasguños, intentos de asfixia y ahorcamiento, golpes con la mano y con objetos diversos, patadas y quemaduras, heridas por arma de fuego o armas punzo cortantes; y en grado extremo el homicidio. Este tipo de agresiones generalmente dejan marcas visibles en el cuerpo; sin embargo, pueden no dejar evidencias, y aun así se considera violencia física. Violencia sexual: Es toda acción ejercida contra una persona que conlleva el uso de la fuerza; la coerción, el chantaje, el soborno, la intimidación o la amenaza para realizar un acto sexual o acciones sexualizadas no deseadas. Las mujeres suelen no tomar en cuenta este tipo de violencia ya que piensan que es su obligación mantener relaciones sexuales con su pareja aunque no quieran, argumentando que la “supuesta naturaleza masculina” debe ser satisfecha sin que la mujer oponga resistencia. Con frecuencia consideran que los hombres tienen ciertas necesidades que las mujeres no tienen. Este tipo de abuso suele ir acompañado de violencia tanto física como emocional. Se considera como tal, la discriminación o imposición vocacional, la regulación de la fecundidad o la inseminación artificial no consentidas, la prostitución forzada, la pornografía infantil, la trata de niñas y mujeres, la esclavitud sexual, el acceso carnal violento, las expresiones lascivas, el hostigamiento sexual, la violación, los tocamientos libidinosos sin consentimiento o la degradación de las mujeres en los medios de comunicación como objeto sexual. Violencia patrimonial: Acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima; se manifiesta en la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima. Incluye la destrucción de objetos de cualquier índole. Violencia económica: Acción u omisión de la persona agresora que afecta la supervivencia económica de la víctima; se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral; también se considerará como tal, el no reconocimiento de la paternidad y/o el incumplimiento de las obligaciones que se derivan de la misma; Violencia de género: Toda agresión ejercida contra una mujer, esto significa que está directamente vinculada a la desigual, distribución del poder y a la dinámica en las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres en nuestra sociedad, que reproducen la desvalorización de lo femenino y la obediencia a lo masculino. La diferencia a este tipo de violencia y otras formas de agresión y dominación es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el sólo hecho de ser mujer. Violencia Escolar: Conductas que dañan la autoestima de las y los alumno(a)s con actos de discriminación por su sexo, edad, condición social, condición étnica, condición académica, limitaciones y/o características físicas, que les infligen maestras o maestros, personal directivo, administrativo, técnico, de intendencia, o cualquier persona prestadora de servicios en las instituciones educativas. Lo es también las imágenes de la mujer con contenidos sexistas en los libros de texto, y el hostigamiento sexual.
Roles de género en el noviazgo. Todos los roles y estereotipos de género que se aprenden a lo largo de la vida son recreados en la relación de noviazgo. El comportamiento “ideal” de acuerdo a los roles y estereotipos durante el cortejo y el noviazgo, refiere que el hombre debe asumir un papel dominante y activo, mientras que la mujer se espera que sea pasiva y dependiente. Algunos de los roles que se han establecido en el noviazgo al repetir los estereotipos de género son: Hombres Mujeres Toma la iniciativa para comenzar la relación. Se hace del rogar o dice que no. Busca, insiste, intenta convencerla hasta que la conquista. Paga y lleva los gastos que realizan. Toma la iniciativa para relaciones sexuales. Parece el experto sexual. Él propone matrimonio. Su amor es incondicional. Deja que él pague. Parece inexperta sexualmente. Ella acepta casarse. Se adapta a las necesidades de él; puede abandonar sus estudios para que su pareja termine la carrera. La violencia en la pareja es, sin duda alguna, producto de la desigualdad entre mujeres y hombres aprendida de las relaciones en la familia y el entorno a través del tiempo, misma que es reforzada por los estereotipos difundidos por los medios de comunicación.
10 SEÑALES DE VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
Cuando se menciona la palabra “violencia” al instante se piensa en agresiones físicas, mutilaciones, homicidios, sin embargo ésta está presente en la vida cotidiana de las relaciones de pareja que en muchas ocasiones para desapercibida.
Esperanza Carlos Hernández, psicóloga de la UNAM en entrevista con SD explica que “la agresión puede surgir cuando el hombre y la mujer están en desacuerdo y compiten por el control y la influencia. Si uno de los dos siempre quiere tener el dominio de la relación puede generar una pareja con problemas de agresividad”.
Recomienda en estos casos aprender a reconocer cuando no se está participando equilibradamente en las decisiones de pareja, por ejemplo, uno de los dos siempre elige a qué lugar ir, qué ropa comprar o usar, impide ir a fiestas, hasta llegar a influir o controlar el comportamiento laboral o social del otro.
El INEGI en conjunto con el Instituto Nacional de las Mujeres ha llevado a cabo en tres ocasiones la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), donde se registran los casos de violencia tanto físicos como emocionales que sufren las mujeres en el país. En los criterios de evaluación identificaron cinco tipos de violencia: física, emocional o psicológica, sexual, económica y patrimonial.
La versión más reciente de este estudio se realizó en 2011 con encuestas realizadas en 128 mil viviendas en ámbitos rurales y urbanos, donde se recabó que del total de las cuestionadas de 15 años o más, un 46.1% había sufrido algún incidente de violencia en pareja en su actual o última relación, siendo el Estado de México la entidad con mayor porcentaje (56.9%), el DF está en cuarto lugar con casi 52%.
Un 42.4% de estas mujeres dijo haber recibido agresiones emocionales y el 24.5% declaró que, en algún momento de su relación, su pareja intentó controlar la forma en que gasta su dinero.
Por otro lado, la violencia física se vio reflejada en 13.5% de este grupo, provocándoles daños permanentes o temporales, en este rubro – una vez más- el Estado de México resultó más alto.
En cuanto a la violencia sexual, el 7.3% de ellas dijo haber sido intimidada o dominada para tener relaciones sexuales sin su consentimiento.
Además de los datos duros, la encuesta también dejó entrever que muchas señales de violencia son ignoradas o incluso justificadas, por ejemplo, casi un 17 por ciento de las mujeres estuvo de acuerdo con que ““una esposa debe obedecer a su pareja en todo lo que él ordene” y otro 15% consideró como una obligación el tener relaciones sexuales con su cónyuge.
Respecto a eso, la también catedrática de la Facultad de Psicología de la UNAM identifica algunos de los factores por los que las personas pueden desarrollar actitudes violentas o solaparlas: Maltrato o poco afecto por parte de los progenitores, desempleo, por imitar los que hacen otras personas que emplean la agresión para resolver problemas, pasar por un proceso de divorcio, alto nivel de estrés, sentimiento de frustración por los fracasos sentimentales o laborales a lo largo de su vida, los valores respecto a la agresión que predominen en su estrato social o que comparten con amigos y familiar.
IDENTIFICACIÓN Y PREVENCIÓN
En ambas investigaciones el común denominador, y aspecto más preocupante es que las personas son incapaces de identificar la violencia como tal, es decir, creen que es natural que en una relación se llame a todas horas, se cele y se golpee “jugando”.
Esta “ceguera” se da porque la agresión durante el noviazgo tiene un alto contenido afectivo y emocional que hace que se disfrace y pase desapercibida. Sumado a las educación costumbrista que algunas personas podrían tener y conceptos como el machismo.
La especialista Esperanza Carlos diferencia las agresiones en físicas y en emocionales, en las primeras identifica los golpes, jalones, insultos, amenazas y las expresiones que persiguen el propósito de herir a la otra persona como “Decir ‘qué fea te ves hoy o qué tonto eres’ “, ejemplifica.
Por la parte emocional, “cuando alguien es muy hostil logrando que la persona se sienta mal, afligida, afectando a la pareja, mientras el agresor no siente remordimiento alguno, con frases como ‘Tú nunca puedes lograr nada’ “.
“Algunas señales de violencia psicológica a identificar es cuando tu pareja reacciona de forma exagerada a situaciones de celos, chantajes, o situaciones de la vida cotidiana y puede ser un alto nivel de riesgo. Algunas personas tienen inclinación permanente a la violencia, otros usan la agresión para lograr algún propósito y algunos otros son sólo rápidos en explotar en ira intensa”, continúa la psicóloga Carlos Hernández.
Aquí te dejamos 10 señales con las que podrás reconocer si tu pareja tiene tendencia a la agresión o si te encuentras dentro de una relación peligrosa:
- Te pone apodos o te llama de maneras que te desagradan, sobre todo en público.
- Ha intentado chantajearte sentimentalmente, o lo has descubierto mintiendo y engañándote.
- Trata de controlar tus actividades, con quién sales, revisa tu celular e incluso te hace prohibiciones.
- Te cela, insinúa que andas con alguien más, o te compara con sus ex novias.
- Ha destruido alguna posesión tuya (cartas, regalos, celulares).
- Identificas que te “manosea” o hace caricias agresivas.
- Te ha golpeado argumentando que es “de juego”.
- Ha ocurrido violencia física: cachetadas, empujones, patadas hasta puñetazos.
- Amenaza con golpearte, encerrarte, dejarte o incluso con matarte.
- Te obliga a tener relaciones sexuales o incurre en violaciones.
La psicóloga hace referencia a Virginia Satir, una terapeuta estadounidense: “un factor determinante en la forma de calificar una experiencia amorosa o tener expectativas ante ella es la autoestima pues ‘entre más elevada sea, menos dependeremos de la demostración concreta y continua de valor que tenemos del cónyuge, para sabernos valiosos. Por el contrario, si nuestra concepción del yo es baja, tendremos a depender de las autoafirmaciones constantes originando ideas equivocadas de lo que puede ser el amor´”, dice.
Ante las primeras señales, indica que es muy probable que la violencia aumente o que pase del abuso psicológico al físico, por lo que se recomienda estar consciente de las consecuencias y buscar ayuda profesional. En cuanto a los casos más graves se debe acudir a interponer una denuncia a la delegación correspondiente, o al Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI).
Por último, Esperanza Carlos nos dice que “el amor no puede cumplir con todas las exigencias que la vida de pareja presupone, también son fundamentales la inteligencia, la información, la conciencia y la competencia, complementando la satisfacción del individuo. No debes tener una relación violenta, debes tener una pareja complementaria y compartir la vida”.
VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO Desde la perspectiva de género, la forma en que mujeres y hombres concebimos el amor determina la manera en que nos relacionamos con nuestra pareja, la cual muchas veces se entiende como una combinación entre romanticismo y violencia; que incluye control, celos y en ocasiones diversos tipos de violencia enmascarados como amor. Durante el ciclo de vida, mujeres y hombres están expuestos a situaciones violentas que varían según su entorno familiar, social y en particular por su género. Es necesario alertar a los jóvenes mujeres y hombres entre 15 y 24 años de edad, sobre la violencia de la cual pueden ser objeto en sus relaciones, para prevenir y/o detener así la violencia en el noviazgo. Según Castro y Riquer “entre los hallazgos de sus investigaciones se encuentran que: en la mayor parte de las parejas que experimentan violencia, ésta se manifiesta desde el inicio de la relación, incluso desde el noviazgo”. Partiendo de la premisa de que, así como son asumidas las conductas violentas, las y los jóvenes que han aprendido patrones de comportamiento positivos durante la infancia y a través de la familia, establecerán una relación respetuosa y tolerante con su pareja. El Banco Mundial en el año 2003 señala que: “en América Latina, al igual que en el resto del mundo, el comportamiento violento es mucho más común entre los hombres (jóvenes) que las mujeres”. Las víctimas de la violencia no son exclusivamente las mujeres. De acuerdo con los datos estadísticos, que se presentan, los hombres también son violentados pero en menor medida. Concepto de noviazgo “Es una vinculación que se establece entre dos personas que se sienten atraídas mutuamente; representa una oportunidad para conocerse, una etapa de experimentación y de búsqueda, con actividades, gustos y pensamientos en común, y es un preámbulo para una relación duradera”. Concepto de enamoramiento “Es un estado de ánimo, puede ser un desencadenante de la experiencia amorosa hacia otra persona. Científicamente se dice que es un proceso bioquímico que inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas; parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro una sustancia conocida como feniletilamina”. Por lo anterior, en esta etapa el pensamiento se vuelve insistente: “no puedes dejar de pensar en él/ella”, en el “deseo de estar el mayor tiempo posible juntos”, “buscando el contacto y la mirada”. Concepto de violencia en el noviazgo “Es cualquier acto mediante el cual una persona trata de doblegar o paralizar a su pareja. Su intención es dominar y someter ejerciendo el poder a partir del daño físico, emocional o sexual. Para ello, se pueden utilizar distintas estrategias que van desde el ataque a su autoestima, los insultos, el chantaje, la manipulación sutil o los golpes”. La violencia produce efectos que pueden reproducir conductas en sentido negativo y extenderse a todos los contextos donde interactúa el adolescente, del ámbito privado trasciende al público. Por lo cual, la violencia en el noviazgo merece especial atención, sobre todo, cuando se inician las relaciones entre los y las jóvenes y se definen roles y límites. Las conductas violentas en las relaciones de pareja no son percibidas como tales, por las víctimas, o por los agresores, es decir, los signos de maltrato durante el noviazgo se confunden con muestras de afecto, que en realidad ocultan conductas controladoras. Datos estadísticos Según la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo. Muchas de las mujeres que son maltratadas durante el matrimonio vivieron violencia en el noviazgo y no la identificaron. “La violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero, declarada por el 43.2% de las mujeres, le sigue la violencia en la comunidad por el 39.7% de las mujeres; la violencia en el trabajo representa el 29.9% y la escolar 15.6%”. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo 2007 (ENVINOV), elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE), se detectaron datos preocupantes referentes a la existencia de violencia física, psicológica y sexual en el noviazgo: Violencia Física Violencia Psicológica Violencia Sexual 15% de las parejas han tenido al menos un incidente. 76% de las parejas la viven actualmente. Las mujeres constituyen las dos terceras partes de las personas a las que han tratado de forzar o han forzado a tener relaciones sexuales; tanto en una como en otra situación, la casa de la víctima ha sido el lugar de la agresión El 61.4% de las mujeres la han experimentado. El 76.3% de la población en área urbana la ha experimentado. El 66.6% de las mujeres las han tratado o las han forzado a tener relaciones sexuales. El 46% de los hombres la han experimentado. El 74.7% de la población en áreas rurales la ha experimentado. 16.5% de las mujeres ha padecido esta violencia por parte de su pareja. Ciclo de la Violencia en el Noviazgo El patrón de abuso que sufren mujeres jóvenes en una relación de pareja es similar al que sufre una mujer maltratada adulta. La violencia generalmente se presenta en un ciclo en el que tanto el hombre como la mujer se encuentran atrapados. 1. Fase de Acumulación de Tensión: Se manifiestan insultos, reproches, escenas de celos y control, silencios prolongados, burlas, malestar constante y en aumento. 2. Fase de Estallido o Explosión: Se manifiestan incidentes con todo tipo de agresión física o psicológica, golpes, ruptura de objetos y amenazas. 3. Distanciamiento: Hay un tiempo de silencio o separación. 4. Fase de arrepentimiento o luna de miel: Se manifiestan expresiones de perdón, promesas de cambio, interés sexual, regalos y “tranquilidad”. Cuando nos encontramos ante una relación donde la violencia persiste, este ciclo se repite, una y otra vez, donde la relación va construyendo una espiral y el período de duración entre las diferentes etapas es más rápido, modificándose el grado de violencia en cada fase. 1. Fase de Acumulación de Tensión: Se agregan incidentes que pueden incluir formas de maltrato físico (“no golpes”), empujones, apretones de brazo, tirones de cabello. 2. Fase de Estallido o Explosión: Puede tomar características aún más graves, ocasionando lesiones severas y llegar hasta la muerte de cualquiera de los protagonistas. 3. Distanciamiento: Puede haber infidelidad, abuso de sustancias, crisis de ansiedad, etc. Fase de arrepentimiento o luna de miel: Comienza con expresiones “afectuosas” breves, pasando rápidamente al acoso sexual y pudiendo llegar a la violación. El abuso severo se alterna con devoción y amor en esta fase, que resulta de gran atracción para los y las jóvenes debido a la actitud asumida por el/la agresor(a). Se transforma en un amante arrepentido(a), amable, que promete que no volverá a abusar. Por otro lado la víctima se siente necesitada y valorada, asume la responsabilidad por la violencia y cree verdaderamente que el agresor(a) cambiará, sintiéndose culpable por haber pensado en dejarlo. Tipos de Violencia Violencia psicológica: Se trata de cualquier acción, comportamiento u omisión intencionada que dañe la estabilidad psíquica y/o emocional de la persona la cual produce sufrimiento y pretende ser una medida de control. Amenaza la integridad o el desarrollo de la persona; puede ejercerse mediante insultos, infidelidad, tortura psicológica, silencio prolongados, humillaciones pública o privadas, chantaje, degradación, aislamiento de familiares o amigos, amenazas, falta de reconocimiento de cualidades personales, gritos, desprecios, castigos y amenazas de abandono, entre otras. Violencia física: Es el uso de la fuerza para intimidar, controlar o forzar a la persona a hacer algo en contra de su voluntad y que atenta contra su integridad física. Puede incluir inmovilizaciones, empujones, jaloneos, nalgadas, cachetadas, pellizcos, rasguños, intentos de asfixia y ahorcamiento, golpes con la mano y con objetos diversos, patadas y quemaduras, heridas por arma de fuego o armas punzo cortantes; y en grado extremo el homicidio. Este tipo de agresiones generalmente dejan marcas visibles en el cuerpo; sin embargo, pueden no dejar evidencias, y aun así se considera violencia física. Violencia sexual: Es toda acción ejercida contra una persona que conlleva el uso de la fuerza; la coerción, el chantaje, el soborno, la intimidación o la amenaza para realizar un acto sexual o acciones sexualizadas no deseadas. Las mujeres suelen no tomar en cuenta este tipo de violencia ya que piensan que es su obligación mantener relaciones sexuales con su pareja aunque no quieran, argumentando que la “supuesta naturaleza masculina” debe ser satisfecha sin que la mujer oponga resistencia. Con frecuencia consideran que los hombres tienen ciertas necesidades que las mujeres no tienen. Este tipo de abuso suele ir acompañado de violencia tanto física como emocional. Se considera como tal, la discriminación o imposición vocacional, la regulación de la fecundidad o la inseminación artificial no consentidas, la prostitución forzada, la pornografía infantil, la trata de niñas y mujeres, la esclavitud sexual, el acceso carnal violento, las expresiones lascivas, el hostigamiento sexual, la violación, los tocamientos libidinosos sin consentimiento o la degradación de las mujeres en los medios de comunicación como objeto sexual. Violencia patrimonial: Acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima; se manifiesta en la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima. Incluye la destrucción de objetos de cualquier índole. Violencia económica: Acción u omisión de la persona agresora que afecta la supervivencia económica de la víctima; se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral; también se considerará como tal, el no reconocimiento de la paternidad y/o el incumplimiento de las obligaciones que se derivan de la misma; Violencia de género: Toda agresión ejercida contra una mujer, esto significa que está directamente vinculada a la desigual, distribución del poder y a la dinámica en las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres en nuestra sociedad, que reproducen la desvalorización de lo femenino y la obediencia a lo masculino. La diferencia a este tipo de violencia y otras formas de agresión y dominación es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el sólo hecho de ser mujer. Violencia Escolar: Conductas que dañan la autoestima de las y los alumno(a)s con actos de discriminación por su sexo, edad, condición social, condición étnica, condición académica, limitaciones y/o características físicas, que les infligen maestras o maestros, personal directivo, administrativo, técnico, de intendencia, o cualquier persona prestadora de servicios en las instituciones educativas. Lo es también las imágenes de la mujer con contenidos sexistas en los libros de texto, y el hostigamiento sexual.
Roles de género en el noviazgo. Todos los roles y estereotipos de género que se aprenden a lo largo de la vida son recreados en la relación de noviazgo. El comportamiento “ideal” de acuerdo a los roles y estereotipos durante el cortejo y el noviazgo, refiere que el hombre debe asumir un papel dominante y activo, mientras que la mujer se espera que sea pasiva y dependiente. Algunos de los roles que se han establecido en el noviazgo al repetir los estereotipos de género son: Hombres Mujeres Toma la iniciativa para comenzar la relación. Se hace del rogar o dice que no. Busca, insiste, intenta convencerla hasta que la conquista. Paga y lleva los gastos que realizan. Toma la iniciativa para relaciones sexuales. Parece el experto sexual. Él propone matrimonio. Su amor es incondicional. Deja que él pague. Parece inexperta sexualmente. Ella acepta casarse. Se adapta a las necesidades de él; puede abandonar sus estudios para que su pareja termine la carrera. La violencia en la pareja es, sin duda alguna, producto de la desigualdad entre mujeres y hombres aprendida de las relaciones en la familia y el entorno a través del tiempo, misma que es reforzada por los estereotipos difundidos por los medios de comunicación.